miércoles, 4 de septiembre de 2013

Triste madre.


Aunque nos cueste creerlo,hemos matado a nuestra propia madre,
tan cruel y real que  ya no daña, perfora el alma y el cuerpo.

Una tierra que gime de dolor, que ya no pare, ni cría hijos tiernos
da lo mismo beber sangre o leche, ninguno alimenta.

el sexo no es placer, somos animales trágicos y patéticos.

Donde no habitamos nuestra propia casa, estamos 
bailando en una atmósfera Dionisíaca.

Las consecuentes tal vez no sean trágicas, pero si demuestran
lo que somos.

Los animales mas egoístas del planeta y
mientras tanto, el mundo gira, el sol calienta,
los hielos se derriten, los animales se extinguen.

Y nosotros ya ni siquiera somos animales, somos vestías
pensantes, que no pensamos, destruimos por el simple hecho
de creernos dueños.

Triste soberbia, el hijo se ríe mientras va matando lentamente a su madre.

Triste madre, que llora  pide disculpas y clemencia por haber dado tanta libertad;
a estos paridos que ya no le pertenecen.

              Noelia.